I need to find my own Magic Bus

viernes, 22 de octubre de 2010

CRAZY PEOPLE STORIESS II, hecho por una de ellas (una vez mas)!!!!

Queridos lectores!!!
Binvenidos nuevamente a este espacio personal, anexo de mi mente.

En esta ocasión me gustaria dejarles un escrito bastante confuso (como todos jaja), que si bien tiene algún tiempito ya, hacia rato tenía ganas de compartir. En realidad tratabase de un cuento con un personaje particular, que fue mutando hasta transformarse en un simple escrito el cual, sin embargo, sostuvo circunscripto el pensamiento de dicho personaje aún en su cambio de género.
Sin mas preámbulo los dejo con el texto en si, el cual espero disfruten y por que no, mediten.

Como de costumbre se les agradecera comentarios. Comenten  por favor, no toma mucho tiempo y me gustaria leer sus opiniones o criticas de cualquier indole.



LA MASCARA

Todo empieza con un momento. Ese momento en tu vida que toma un giro inesperado. Produce una ruptura, y te divide. Creo que cada quien tiene ese momento en la vida, y entonces sabrán a lo que me refiero. Hoy o mañana, pero créanme… algún día lo sabrán.
Esa ruptura trae consigo el descubrimiento de un engaño, un fraude instalado en la vida cotidiana. Un producto del imaginario social, casi un convenio tácito, sin siquiera ser pautado a consentimiento. Una convención dañina, propuesta por unos pocos animales que monopolizan el poder. A estos cuantos quienes logran ver dicha artimaña en algún punto de su vida, se les obliga a seguir las masas. A ponerse esta máscara para encajar con el resto de los inconscientes. Con el burdo empuje de los ciegos. La máscara es un elemento poderoso. Es sorprendente como una abstracción como esta última, logra resultados tan nefastos. Pues va más allá de un simple disfraz, está diseñada para ser una prisión. Hecha a imagen y medida de la mente.
Una vez que te la colocas, dejas de ser quien eres, para ser quien ellos quieren que seas. Un simplón abducido, por un falso ideal. Una mentira elaborada, pensada por las mentes poderosas, e impuesta de igual manera, de modo que absorbe lo que toca. Y mientras vagas errante por el mundo, las máscaras te observan, te juzgan, y sus detestables formas intentan confundirte. Evitan que te atrevas a pensar fuera de esa conciencia forzada, implementada para la producción y el pragmatismo excesivo.
Ideales impuestos por una sociedad enferma, en decadencia. Eso es todo lo que veo.
Pocas opciones quedan para los de cara desnuda, cada una más terrible que la anterior. Pues solo una voz no puede ser escuchada, no resta más que ahogarse en un mar de absurdos. En el océano de los desdichados, rebozando de almas descontentas.
Una cruel fiesta de disfraces. Todos bailan descontrolados, sumidos en el alcohol y la codicia, yo observo desde un rincón el lúgubre retrato morboso. No entiendo cómo es posible que quienes estén ahí conmigo, no vean lo que yo. Que no se detengan a observar lo que les rodea, pues les aseguro que les concierne tanto como a mí. Pero no hay más ciego que aquel que no quiere ver.  Temen dejar sus pequeñas vidas seguras, sus bien conocidas mentiras, que eligieron creer en vez de indagar un poco más. Eligen sus disfraces, y disfrutan de esas malditas máscaras, que los ahogan más y más hasta perecer.
Son tan seductores, pero me tientan solo por una cosa. Por esa sensación que persiste en mí ser, ese trecho que siempre anhele pisar, pero nunca supe hacerlo. Esa pieza que jamás encontré en el rompecabezas, y que me retuvo de esa falacia social que tanto disfrutan los enmascarados. Esa necesidad de encajar, acompañada de una amiga constante: la soledad.
Aunque si me preguntan, no sabría contestarles que es peor. Sostener ese repugnante engaño en mi rostro, o caminar a rostro desnudo solitariamente por el resto de mi existencia…


                                                                                                                      FIN


PD: como de costumbre les dejo un temilla copado para que disfruten.  







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